sábado, 19 de abril de 2014

Odios

          

EL UNIVERSAL


Odios

ALIRIO PÉREZ LO PRESTI |  EL UNIVERSAL
sábado 19 de abril de 2014  12:00 AM
Uno de los sentimientos más poderosos que existe es el odio. Venezuela es un país que lamentablemente se llenó de esa enfermiza condición y si no nos damos cuenta pronto de que el odio nos conduce a lo más vil de la existencia, nuestra nación estará condenada al hundimiento y la barbarie.

Como estrategia de enfrentamiento político, el divisionismo es la más elemental y la más contundente técnica  a la hora de obtener resultados. Al usar un discurso de carácter dicotómico, se logran resultados inmediatos. Esa visión maniquea y divisionista no sólo es malsana, sino que a la larga termina siendo destructiva.

En cualquier parte donde se quiera crear divisionismo, se planteará la tan repetida expresión rimbombante y fatídicamente efectiva. La llegó a usar el presidente Bush y aparece en la saga de "La Guerra de las galaxias": "Si no estás conmigo, estás contra mí". Es una expresión tan manipuladora como falsa.

1) Manipula, y de allí su eficacia, porque apela a lo más básico de la naturaleza humana, una de las condiciones más basales del ser: A la parte animal que es inherente a nuestra estructura como humanos que somos. El divisionismo nos crea apego hacia quienes creemos que son "como nosotros" y despierta el espíritu gregario que todos llevamos en nuestra naturaleza. De hecho, si me preguntan qué tipo de vida política se desarrolla en Venezuela responderé que una que cultiva el odio, una política de carácter primitivo.

2) Falsa, porque no existen dos tipos de seres humanos, mucho menos dos formas de entender la existencia. Lo que pasa es que es mucho más fácil ver el mundo en blanco versus negro porque no tenemos que esforzarnos en pensar lo cierto o incierto de la afirmación divisionista. Los seres humanos tenemos miedo a pensar por nosotros mismos por temor a equivocarnos, por lo  que otros puedan pensar sobre nosotros o porque nos inquieta que exista más de una forma de ver las cosas. El discurso maniqueo tranquiliza.

Cuando alguien escribe o expresa verbalmente sus ideas, puede que convenza o no. Pero si actúa conforme a cómo piensa, podrá ganarse el respeto de los demás. Es por ello que sólo con nuestras buenas acciones es que podemos derrotar el odio que nos corroe como sociedad. En política, la palabra es acto. Acabar con el verbo ofensivo y descalificador sería un extraordinario comienzo.

Como consecuencia de la manipulación discursiva de carácter político, resulta que o somos "escuálidos" o "revolucionarios", "burgueses" o "proletarios", "buenos" o "malos". Atolondrada, falsa y ridícula manera de pensar, que le ha permitido al aparato de poder mantener sus privilegios, y a muchos "opositores", preservar espacios de poder. La mentira tiene patas cortas y nada produce mayor decepción que descubrir que se nos ha mantenido engañados (utilizados) para obtener el poder como fin último.

El gregarismo malsano sucumbe y se desvanece cuando existe "alternabilidad" en el ejercicio del poder. Para ejemplo basta ver a las sociedades más progresistas del mundo, las cuales mantienen distintos modelos políticos de manera alternante, pero preservando el concepto y norte de lo que significa un Estado. La confrontación entre ciudadanos comunes es producto de viles manejos políticos cuya consecuencia hasta hoy es la expansión del odio entre las ingenuas marionetas que a fin de cuenta terminamos siendo, producto de una disparatada manera de entender la política.

Para que una sociedad surja como un gran colectivo, debe trazarse metas comunes entre los ciudadanos que la conforman. De allí que nada es más importante que derrotar el divisionismo entre hermanos, que lastimosamente y de manera aviesa se ha cultivado entre nosotros. Creo que no necesitamos más demostraciones de que una mitad de país jamás se va a imponer sobre otra mitad de país. Quienes manejan directamente los destinos de la nación deben entender que no se puede someter a un conglomerado sin esperar reacciones, generalmente impredecibles y trágicas. Lo estamos viendo cada día que pasa.

Hago votos porque la inteligencia se imponga por encima de las pasiones. Pensar con la cabeza y dejar a un lado las vísceras. Porque lo racional esté por encima de las emociones. Porque el odio sea derrotado por el único elemento capaz de hacerle frente: El amor por una vida que nos permita existir en un ambiente de mínima armonía. Para todos.

@perezlopresti

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