domingo, 5 de mayo de 2013

ALEJANDRO A. TAGLIAVINI


Maduro versus Humala

ALEJANDRO A. TAGLIAVINI | 
 EL UNIVERSAL
domingo 5 de mayo de 2013  12:00 AM
                            A pesar de las alabanzas de Ollanta a Chávez, soplan aires distintos en ambos gobiernos, en ambos países. Como siempre, entre lo que los políticos dicen y lo que hacen hay una distancia que se rige por sus caprichos.

                            Ollanta Humala podría reunirse con la familia de Alberto Fujimori, de 74 años, para analizar un indulto por sus crímenes de lesa humanidad y de corrupción. Aunque aclaró que, antes, debe recibir el informe de la Comisión de Gracias Presidenciales. Según una encuesta de IPSOS Perú, el 55% estaría a favor de que el ex presidente sea indultado, y el 41% en contra. Según su familia, está "gravemente enfermo", pero los chequeos médicos han desmentido que padeciera cáncer o que su vida corriera peligro.

                            En contraposición, el presidente venezolano dijo que "Ya tenemos el material... queremos hacer un documental central, con expertos internacionales... y los vamos a denunciar en todos los tribunales del mundo a nivel de derechos humanos, para que el mundo sepa que la ultraderecha venezolana está infectada de fascismo". En esto gasta dinero Nicolás Maduro mientras la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) afirma que los están reprimiendo y que la primera víctima fue el general retirado Antonio Rivero, detenido por el SEBIN porque el militar estaba, supuestamente, involucrado en los sucesos violentos que dejaron 9 muertos y unos 70 heridos.

                           Estos aires distintos, de reconciliación por un lado y de violencia por el otro, no son casuales. Siendo del Estado el monopolio de la violencia, el estatismo -como el chavismo- significa su exacerbación, mientras que la inclinación hacia el mercado natural del Perú, por el contrario, implica la retirada del Estado, del monopolio de la violencia, de la violencia. Y este aire destructivo tiene sus consecuencias, por caso, en las remesas.

                           Los envíos de los emigrantes, en 2012, sumaron US$ 61.300 millones, aumentando desde 2009 cuando cayeron a US$ 56.500 millones, aunque siguen debajo de los 64.900 millones de 2008, según el informe "Las remesas a América Latina y el Caribe en 2012: comportamiento diferenciado entre subregiones", del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), del BID, que destaca el incremento significativo registrado en Centroamérica del 6,5%, debido a la recuperación económica de EEUU. Estos envíos suponen más del 10% del PIB en países como Honduras, Nicaragua, Jamaica, Guatemala o Haití.

                           México encabeza la recepción de remesas con US$ 22.400 millones, seguido por Guatemala 4.800 millones (9,3% más que en 2011), Colombia 4.000 millones (2,3% menos), El Salvador 3.900 millones (7,2% más), Honduras 2.894 millones (1,1% más), Perú 2.779 millones (3% más), Brasil 1.989 millones (0,8% más), Haití 1.988 millones (3,4% menos), Nicaragua 1.152 millones (9,4% más), Bolivia 1.094 millones (8,1% más), Argentina 991 millones (2% menos), Venezuela 803 millones (0,7% menos) y Panamá 601 millones (1,5% más).

                     Ahora, las transferencias a México se redujeron 1,6% debido a la menor emigración mexicana a EEUU. La mayor caída se produjo en Ecuador, que recibió US$ 2.451 millones, 8,3% menos porque, además de la crisis en España donde reside la mayor parte de los emigrantes del país andino, el nivel de conflictividad y agresividad del gobierno al igual que en Venezuela, ahuyentan al dinero. Mientras que hacia Perú crecen las remesas a pesar de que las necesita menos.

Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

alextagliavini@gmail.com

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