El reto de Nelson Merentes
GUILLERMO GARCÍA |
EL UNIVERSAL
domingo 5 de mayo de 2013 12:00 AM
Nuevamente Nelson Merentes es designado para ocupar el Ministerio de Finanzas. En su anterior oportunidad (diciembre de 2004 hasta enero de 2007) el país pasaba por un momento estelar de elevación de los precios petroleros, aunado a un año 2006 electoral que implicó como es costumbre, un incremento gigantesco de gasto público, que género un crecimiento económico y sensación de bonanza de los más elevados en el período de gobierno de Hugo Chávez (10% promedio del PIB); con una inflación rondando un 15% y un porcentajes de devaluación de 12%, y un nivel de reservas internacionales que tocaron los niveles más elevados en los 14 años de gobierno del presidente Chávez. Ahora la situación para Merentes es totalmente distinta. El país es otro. Un país con grandes desequilibrios macroecómicos: alta inflación; devaluación; sobrevaluación de la moneda; déficit fiscal en niveles de 13% del PIB; reservas internacionales operativas en niveles por debajo del óptimo requerido, y niveles de escasez de productos cercanos al 18%; con un aparato productivo muy golpeado por las políticas económicas públicas y severos controles de cambio y precios que han asfixiado en los últimos 6 años a la empresa privada.
Los retos. Uno de los principales obstáculos a sortear es el tema cambiario. Nelson Merentes, aseguró el día jueves en una reunión con empresarios privados, que en los próximos días iniciarán el pago de las deudas en divisas que acumulan con las empresas del sector privado. "La próxima semana empiezan las soluciones". "Le vamos a entregar los recursos que están retrasados. Lo que sí les puedo decir es que tenemos los recursos".
Más allá de que se logre aliviar en el corto plazo la grave situación de suministro de divisas, el Ministro Merentes tiene la difícil tarea de ir reduciendo la sobrevaluación de la moneda producto de políticas de anclaje estático del tipo de cambio (subsidio cambiario) que se mantuvieron en el tiempo, y que han generado que las importaciones se potenciaran y crecieran a niveles históricos, desplazando con ello la industria y el agro. La política que se mantuvo estaba sustentada en el supuesto de que importaciones baratas contenían las presiones inflacionarias. Esta política se agotó y debe reformularse. Ese tipo de política puede funcionar en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazos, la industria nacional, el agro y la agroindustria se debilitan profundamente y le es imposible competir por los desequilibrios que genera (sobrevaluación, devaluación e inflación), aunado a un clima hostil para la empresa privada dentro de un marco de seguridad jurídica muy frágil y con altos riesgo de expropiación y confiscación, resultan en la combinación perfecta de elementos para reducir drásticamente la inversión y la producción nacional. Si a esto le añadimos una reducción del suministro de divisas, devaluación y un control de precios férreo, el resultado no puede ser otro que imposibilidad y desestímulo para producir, lo que ocasiona desabastecimiento y escasez de productos. En consecuencia, la tarea del Ministro Merentes pasa por un llamado al diálogo entre Gobierno y sector privado para crear un ambiente adecuado en cuanto al respeto a la propiedad y de reglas claras que se mantengan en el tiempo, a fin de que pueda generarse nuevamente en el país la inversión productiva. Debe establecerse un tipo de cambio competitivo y dinámico y la búsqueda de alternativas de generación de divisas: Exportaciones no-tradicionales compensadas por el valor agregado añadido por la empresa; turismo internacional; menores aportes al Fonden por parte de Pdvsa y BCV que aumenten las disponibilidades de reservas líquidas; emisiones de bonos en dólares y permitir que los inversionistas tenedores de bonos en dólares de la Republica y Pdvsa puedan ofertar sus bonos en tenencia a un tipo de cambio de subasta en la Bolsa de Valores Pública Bicentenaria, o en subastas en el BCV.
Evaluar la posibilidad de crear un fondo de ahorro o vehículo de inversión en dólares para los venezolanos, mediante la posibilidad de emitir acciones o unidades de inversión de las empresas petroleras mixtas donde Pdvsa tiene la mayoría accionaria. Las empresas mixtas colocarían entre un 10% y un 15% de acciones o unidades de inversión o títulos valores de esas empresas para que los venezolanos puedan invertir en dólares.
Por el lado de las importaciones, brindar todas las condiciones para incentivar a las empresas nacionales que evalúen la posibilidad de sustituir proveedores internacionales de Europa y China en los sectores de materias primas y productos terminados que pueden ser suplidos por Uruguay y Ecuador, a través de la utilización del Sucre como moneda de cuenta de intercambio y que permitiría importar desde esos países con pago en bolívares, lo que reduce el tiempo de espera, riesgo cambiario y de asignación de dólares para la negociación y del despacho de importación.
Sin duda un gran reto por delante.
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
@asesorfinaciero
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