viernes, 14 de junio de 2013

¡El gigante eterno se diluye!


EL UNIVERSAL

¡El gigante eterno se diluye!

JOSÉ MAYORA |  EL UNIVERSAL
viernes 14 de junio de 2013  12:00 AM
Para nadie es un secreto que este régimen ha hecho de lo mediático  una modalidad de gobierno  y un instrumento para la difusión de ideas revolucionarias contenidas en tortuosas interpretaciones de la historia; en la descalificación como método para destruir a figuras e instituciones que tienen el atrevimiento de disentir; en programas radiales y televisivos de contenido burdo y lenguaje soez; en propaganda oficialista de alta factura profesional y de baja credibilidad en el mensaje. 

Gracias a esta orientación, lo mediático ha logrado crear fetiches revolucionarios, frases hechas, supuestas verdades no demostrables y toda una apología de la epopeya de sus líderes, llegando al paroxismo con el intento, post mortem,  de mantener vivo el recuerdo de una figura que se viene diluyendo entre las tinieblas revolucionarias.

En cuanto a los medios, la revolución ha tenido como norte su control, mediante acaparamiento, el cierre de aquellos cuya presencia incomoda, la intimidación de los que no resisten una leve  disminución  del flujo de caja y el acoso legal de quienes no se doblegan.

Pero el apego a lo mediático no es el único hobby revolucionario. En general, la tecnología audiovisual presenta otra arista que para el régimen ha sido un instrumento de control de propios y extraños. En este ambiente y como parte de un bien logrado teatro del absurdo, recientemente la Venezuela política se ha visto estremecida por la aparición de sendos videos que reflejan una serie de situaciones cuyo trasfondo hace pensar en otros eventos y personajes cuya perversión, inescrupulosidad y putrefacción no es imaginable.

El contenido de estos videos no sólo refleja un divorcio con el Estado de Derecho y un  desapego de las mejores prácticas democráticas. Más relevante aún, es lo que está detrás de ellos, quién está detrás de ellos, con qué intención se esconden y, la pregunta irritante: ¿cuál es el verdadero objeto de la revolución bolivariana? 

Los videos de marras son como una especie de olla excrementicia que al destaparse da cuenta de un hedor a corruptela cuyo fuerte aroma no se había conocido en la era democrática. Aparte de montar trampas políticas, intervenir llamadas o grabar conversaciones, que ya son un hecho censurable, estos documentos reflejan la verdad oculta acerca de las interioridades de esta "revolución bonita", frase mediática de gran falsedad.

Lo inocultable es la humillación que sentimos por  una cacareada soberanía que no existe; por tomar conciencia que estamos en el umbral de perder lo poco que nos queda de patria; por percibir cómo se ha dilapidado la fortuna que la "pachamama", bajo la forma de oro negro, nos ha obsequiado;  por saber que son incontables las riquezas que han nacido y crecido al amparo de la revolución de los pobres; por saber cómo a costa de la propia miseria, hemos cubierto necesidades de otros países; por la certidumbre de  la existencia de una caja negra con otras perversidades del régimen.

No dudo que haya más videos similares a los conocidos, los que ratificarán la cruda realidad  testimoniada en la herencia que dejó el "más grande venezolano nacido en el pasado siglo" (VTV dixit), el comandante eterno, el gigante, el artífice y responsable de lo único que es verdad: la degradación institucional, el envilecimiento moral, el desmantelamiento del aparato productivo y el desesperado y egoísta apego al ejercicio de un poder finito, financiado por el precio del petróleo. 

Mayora.j@gmail.com

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