EL UNIVERSAL
Somos el problema... o la solución?
AGUSTÍN ALBORNOZ S. | EL UNIVERSAL
viernes 14 de junio de 2013 12:00 AM
Comentamos recientemente sobre la importancia de que nos convirtamos en personas que estén dispuestas a animar y ayudar a otros en momentos de inquietud y zozobra, y que de esa manera también vamos a animarnos a nosotros mismos. En realidad es un principio que se cumple inexorablemente: cuando nos olvidamos un poco de nosotros y nuestros problemas para pensar más en los de otros y buscar ayudarlos a ellos, la vida se encarga de mostrarnos que nuestros problemas también reciben una "ayudita" a manera de un bono extra, como mínimo nos sentimos bien porque hemos sido útiles a alguien más; y de ese estado de ánimo hasta pueden empezar a surgir las soluciones para nuestras propias dificultades.
Ahora bien, podemos asegurar que dos de las contrariedades más comunes que nos ocurren a los seres humanos son los temores y el desaliento, los cuales incluso hasta nos paralizan en ocasiones, por lo que si en un momento dado estamos pasando por esas situaciones, en esos instantes nos vendría muy bien la ayuda y el ánimo de otra persona. Es decir que en esos momentos el apoyo de alguien nos viene como anillo al dedo, y nos puede ayudar a salir de esos trances, al igual que quien nos apoya va a conseguir una satisfacción que difícilmente logrará de otra manera.
Pero si en esa circunstancia la persona que puede ayudar y/o animar no lo hace, se puede convertir en un perjuicio para los afectados, porque estos pueden hasta hundirse más en sus temores y desánimos, y lo que hubiese sido una gran oportunidad se convierte en un impedimento para algo que pudiese haber llegado a ser muy provechoso para ambas partes.
Es decir, en el primer caso al nosotros ayudar y animar a otros nos podemos transformar en parte de la solución del problema que acontece, mientras que en el segundo caso vamos a ser parte del problema mismo, y eso sin duda hace una gran diferencia.
Por otro lado, ocurre que ante los desafíos que nos presenta el mundo actual en cualquier región del planeta, hay personas que se involucran mucho en parcialidades de distinta índole, que si bien pueden hasta tener buenas razones y argumentos para la posición que sostienen, el solo hecho de tomar posiciones a veces drásticas hace que se afecten mucho a la hora de controversias, que en estos tiempos siempre van a ser comunes, lo cual no va a contribuir a la solución de dichas controversias.
Y sucede que, al afectarse, van a perder un poco la perspectiva de las cosas que acontecen. Por ejemplo, ¿en alguna ocasión no les ha sucedido a nuestros amables lectores que de muy buena fe e intención le dieron un consejo a alguien, o algún tipo de ayuda y ese alguien lo malinterpretó pensando que era otra cosa totalmente diferente? ¿O también que en un momento han tratado de ayudar a un individuo orientándolo de alguna manera o recordándole algo positivo, y esta persona centra su atención en algún detalle de poca importancia para luego quejarse del mismo, obviando totalmente lo beneficioso de la acción?
Todas estas cosas acontecen cuando la persona se encuentra afectada, influida por alguna situación, como por ejemplo un conflicto, que le impide hasta distinguir aspectos muy importantes de la realidad de los que tienen poca significación, y que la lleva a enfocarse solo en estos últimos. En ese instante, y especialmente si existe algún conflicto de por medio, esta persona pasa a ser parte del problema y no de la solución al mismo.
Quisiera por último invitar a nuestros apreciados lectores a reflexionar sobre esto, si a pesar de las complejidades de la vida actual tratamos de ser más sencillos, y procuramos concentrarnos en lo que es verdaderamente trascendental, vamos a redescubrir que dos más dos sigue siendo cuatro, y que podemos siempre tener la opción de pasar de ser parte de los problemas que nos rodean a ser parte importante de las soluciones que con tanta urgencia a veces requerimos. Una forma efectiva de lograrlo es animándonos y ayudándonos unos a otros en los momentos en que cada uno lo necesitemos, de paso teniendo presente como bien reza el dicho "hoy por ti, mañana por mí".
Busca el lado positivo y agradable, aun de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles, y a convertir los problemas en oportunidades. Napoleón Hill
@agusal77
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