Incapaces de fortalecer la Justicia, han
justificado El Poder; de
modo que lo justo y lo fuerte deberían unirse,
y debería
haber
más paz, que el bien soberano.
Pensamiento (PASCAL) 1.670
El
problema de la moral internacional puede expresarse simplemente: ¿Están sujetos
los grupos de la sociedad internacional a los mismos principios, o principios
comparables, que gobiernan las relaciones entre individuos?
Antes
que nada, el término moral internacional no significa un código de reglas
morales aplicables en las relaciones privadas entre individuos de países
diferentes. Nuestro problema se refiere a las relaciones entre estados – los
miembros de la aristocracia internacional; se trata de saber si las reglas de
conducta que existen entre ellos son comparables, en algún sentido, con los
códigos morales que operan entre los caballeros de x nación y los camaradas en
la Unión Soviética y los seres humanos corrientes en cualquier otra parte.
De
manera que los teólogos y los filósofos de la moral afirman dogmáticamente las
reglas morales de conducta que deberían operar en las relaciones
internacionales. Los internacionalistas de las Escuelas deductiva y ecléctica
afirman en una forma igualmente categórica la existencia de un derecho natural en
las relaciones entre naciones. Los estudiosos del derecho internacional que
prefieren comprobar estas hipótesis mediante el empleo de métodos inductivos
harán depender su juicio de que haya pruebas suficientes en la práctica de las
cortes internacionales y de los estados para la premisa de que los principios
de derecho natural sean aceptados por los Estados como reglas legalmente
obligatorias en sus relaciones entre sí. Toda esta esta somera vista de cuanto
implica esa cuestión de la Moral Internacional, qué desafortunadamente hoy nos
toca con un muy delicado problema limítrofe donde nos sentimos orgullosamente
hijos de Bolívar y donde hemos compartido en muy sanas discusiones y sentimos
que algunos dando o al menos pretendiendo dar fuerza a su participación
política lo que hacen es confundir las emociones de quienes viendo con una
óptica de emociones enfrascadas en pretender ser unos bolivarianos de la mayor
estirpe genética, pero es que Bolívar ese de allá, Bolívar ese de aquí es
nuestro y nunca dijo otra cosa que la que conoce su historia hoy cuando
pretenden endosarle frases gestos y palabras que nunca por el fueron
pronunciadas, es un Bolívar de todos es el Bolívar de América, entonces en lo
más recóndito de nuestros pensamientos debemos sentir el cómo se le humilla el
pensamiento que unido a esta modernidad política y que plagada de otras
situaciones que son objeto de los más minuciosos análisis pero con feroces
señalamientos llegamos a los que ha producido un desbarate de las hermandades
de pueblos y familia, amén de las corruptelas y señalamientos innobles para
ofender al hermano, al vecino y al amigo reaccionemos con lo mejor del ser
humano en una mano la paz y en la otra extendida la mano para la procura de la
seguridad jurídica sobre todo de nuestro lado ya que esto –si- solo esto
permitirá que entremos en la producción y prosperidad de nuestro otrora rico
pueblo. Moral Internacional de hecho la invocamos pero vemos maletines y
prebendas que rompen esa moral y niegan que la prosperidad pueda verse en la
invitación a la inversión y con ello asegurar al que a bien tenga poner sus
monedas para la creación de empleos y nuevas empresas ese sueño de Bolívar
vamos a lograrlo seamos los hermanos y que se toque la política si es que eso
hace feliz a nuestros dirigentes pero que lo hagan sin la ofensa, los
señalamientos y la corrupción, que hay quien puede desde su aspiración política
puedan ofrecer bases programáticas que nos lleven a vivir juntos en un solo
país como hermanos como fue realmente el sueño BOLIVARIANO. En
este tiempo me siento autorizado para reclamar la ayuda de todas las personas y
decir: «Venid, pues, y vayamos juntos adelante con nuestras fuerzas unidas.
Emulando a Sir W. Churchill
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