sábado, 24 de mayo de 2014

redes sociales se logra conseguir lo escaso

                         

EL UNIVERSAL


Con el uso de redes sociales se logra conseguir lo escaso

Hasta ocho horas de colas hacen los caraqueños para conseguir alimentos.

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Largas colas en el Mercal de Los Magallanes con la llegada de la carne y el pollo (E.Olivares)
JORGE HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL
sábado 24 de mayo de 2014  08:26 AM
En la parroquia Sucre de Libertador al menos 300 vecinos usan mensajes de texto y las redes sociales para "correr la voz" cuando observan a un camión frente a Mercal o Supermercados Unicasa con personal descargando harina de maíz, pollo, papel higiénico, mantequilla, azúcar, aceite, carne o pollo. Esa organización provoca largas colas a diario en estos establecimientos para conseguir, con restricciones, los productos que escasean, afirma Benjamín Marín, vecino de Catia.

A pocos metros del Palacio de Miraflores "todos los días hay colas" porque la gente se activa desde las seis de la mañana en búsqueda de productos regulados por el Ejecutivo. "Los gerentes de supermercados y farmacias se molestan porque nos ven cada día en la misma cola, y nosotros les respondemos que las dos harinas de maíz que nos venden no alcanzan para una semana. Usamos la tecnología móvil, Twitter y Facebook para avisar cuando llegan alimentos o medicinas (Glucofage, Eutirox...) ", indica Marín.

Comenta que a los supermercados de Catia llega carne y pollo de Brasil, papel higiénico de Estados Unidos, harina criolla y mantequilla chilena.

"Trato de llevarme lo que sea porque a veces transcurre un mes y no consigo alimentos de primera necesidad. Hago colas de cuatro horas por dos harinas de maíz", afirma Marín.

En supermercados y farmacias de Sebucán, El Hatillo y Chacao los jóvenes y adultos que no tienen actividades a primera hora de la mañana se dedican a inspeccionar los anaqueles y camiones que llegan solo con el fin de enviar un mensaje por PIN, WhatsApp o Twitter a los grupos creados por los vecinos que necesitan harina, desodorantes, azúcar o leche.

"A las cinco de la mañana iniciamos las colas independientemente de lo que llegue. Luego alertamos al resto de los vecinos que integran la red para que se unan a las colas en el Central Madeirense, Unicasa, Excelsior Gama y en cualquier otro pequeño supermercado. Unir la cesta básica se logra con un recorrido de al menos cinco comercios", cuenta Luisa Correa, vecina de Chacao.

En cadenas de farmacias de mayor o menor tamaño por Los Ruices, Santa Eduvigis, Alto Prado, Terrazas del Ávila y Altamira se forman colas desde las 6:00 a.m. hasta las 2:00 p.m. cuando llega papel higiénico, medicinas para pacientes con problemas de insulina, pañales, toallitas húmedas o algún producto para el cuidado o protección de la mujer, comenta Aurelia Sojo, vecina de Altamira. 

"Es inhumano hacer colas de cuatro horas para comprar medicinas. Otras veces recorro hasta seis farmacias con mis vecinos porque necesito protectores gástricos, suero y toallas sanitarias", relata Sojo, quien también monitorea los mensajes de sus vecinos con miras a garantizar el uso de leche descremada durante sus comidas.   

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