domingo, 23 de junio de 2013

se lanzan en rapel


EL UNIVERSAL

Ciudadanos se lanzan en rapel 

con la ciudad de testigo

Grupo Rescate Rescatadores dicta talleres en elevado de la Cota Mil

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Cerca de la estación de bomberos de Pajaritos se realiza el salto de 13 metros de altura FOTO CORTESÍA
ANYIMAR COVA LUGO |  EL UNIVERSAL
domingo 23 de junio de 2013  12:00 AM
La avenida Boyacá, conocida como la Cota Mil, cada domingo durante mediodía se convierte en un paseo peatonal donde bicicletas y patinetas se cruzan a toda velocidad entre quienes caminan y trotan. El corredor está lleno de movimiento pero en el distribuidor Altamira, ubicado a 100 metros de la estación de bomberos forestales de Pajaritos, las personas miran al vacío: varios cuerpos están suspendidos con cuerdas a 13 metros de altura y, con Caracas a sus espaldas, descienden a tierra.

Se trata de un taller de rapel (técnica de descenso con cuerdas ) que dicta el grupo Rescate Rescatadores para el ciudadano común. "Es una oportunidad para que quienes tienen temor a las alturas aprendan a controlar el miedo, para quienes quieran aprender más sobre la técnica, para los que buscan una experiencia deportiva extrema o los que quieren un primer acercamiento a lo que es formar parte de un grupo de rescate", dice Darbyn Pimentel, uno de los 16 voluntarios de la organización que además es instructor durante los talleres. 

Por Bs 150 el interesado aprende a realizar un descenso controlado asistido por un rescatista. No hay limitaciones de peso, altura ni de edad -han participado hasta niños de 3 años- para ser parte de los talleres que admiten máximo a 16 personas. "Hay gente que piensa que es difícil pero no requiere tanto esfuerzo físico porque la persona va bajando con su propio peso", dice Pimentel.

Todo el equipo de seguridad lo coloca el grupo de rescate y el participante solo necesita ropa cómoda (pantalón largo) y zapatos cerrados. Lo que sí es obligatorio antes de comenzar los saltos es atender las indicaciones y reglas dadas por los instructores y observar las demostraciones. Cada persona podrá hacer hasta cuatro descensos y, si demuestra dominio y seguridad, el último lo haría sin la asistencia del rescatista.

El taller no brinda certificación, pero quienes así lo deseen deberán entonces participar en los cursos que son de dos días: uno para dictar el componente teórico y otro para poner en práctica lo aprendido.

Pero en Rescate Rescatadores hay más que descensos con cuerdas. El grupo se fundó hace más de una década por iniciativa de Rohamir Escobar, un bombero forestal de Inparques que decidió crear una unidad especial para brindar apoyo en situaciones de emergencia.

Edwin González, coordinador de operaciones, explica que los voluntarios participan en labores de rescate, salvaguarda, combate de incendios y búsqueda dentro de estructuras colapsadas en coordinación con los organismos oficiales de seguridad y protección. Siempre que lleven la franela negra que identifica al grupo, sus miembros deben estar prestos a atender emergencias.

No en vano, González lleva un chaleco con media docena de bolsillos en los que hay desde guantes, gasas e hisopos hasta un estetoscopio y tensiómetro. "Todo es comprado por nosotros al igual que los equipos (cuerdas, arneses, guantes, lentes, cascos) que utilizamos". Los talleres son entonces un mecanismo para recolectar fondos que les permiten ampliar la capacidad operativa.

Más información sobre próximos talleres y cursos a través del correo electrónicorescate.rescatadores@gmail.com y la página de Facebook Rescate Rescatadores.

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