domingo, 4 de noviembre de 2012

Historia y Tradición

   
EL PERRO NEVADO Y

EL CABALLO PALOMO


 


Historia y Tradición


EL PERRO NEVADO Y EL CABALLO PALOMO
DEL LIBERTADOR




Eumenes Fuguet Borregales (*)



Dictando un ciclo de conferencias para los alumnos de la Unidad
Educativa Lisandro Alvarado sobre la Magna Batalla en la Casa de la
Estrella, sede de la Academia de Historia del estado Carabobo, me
solicitaron escribir sobre el noble perro Nevado y el caballo Palomo,
animales ligados a la acción libertadora del Padre de la Patria.
Aspectos sobre esta narración, se vinculan a la vivencia de personajes
que testimoniaron haber conocido a los extraordinarios ejemplares, así
como aspectos orales transmitidos de generación en generación, con las
naturales variantes, según los criterios y por la leyenda esbozada en
el valioso escrito del distinguido escritor merideño Don Tulio Febres
Cordero.
EL PERRO NEVADO: Durante la ejecución de la magistral Campaña
Admirable llevada a cabo por Bolívar, al pasar por Mérida es
proclamado Libertador el 23 de mayo de 1813. Movilizándose con su
Ejército por las escarpadas cumbres andinas, pasó por un caserío
llamado Moconoque, situado a seis kilómetros de la población de
Mucuchíes, situada a cuarenta y cinco kilómetros de la ciudad de
Mérida hoy capital del municipio Rangel, fundada en 1596, Don Vicente
Pino, le obsequió un cachorro raza Mucuchíes llamado Nevado, color
negro con la cola, orejas y lomo blancos como la nieve; la tradición
afirma, que el perro fue entregado por el niño Juan José Pino en
nombre de su padre

Juan José vivió hasta los noventa y cuatro años; durante toda su vida
contaba con orgullo, la entrega del perro Nevado a su prestigioso
dueño. Para cuidar al hermoso ejemplar, el más indicado fue el indio
Tinjacá natural de la región andina, conocedor del animal, a quien
podía llamarlo a la distancia, sonido que Bolívar aprendió a emitir.
Los primeros perros de la raza mastín europea, fueron traídos desde
España, de las provincias de Navarra y Aragón, por los frailes
doctrineros agustinos a finales del siglo XVI; es el mastín europeo un
fiel animal, de hocico alargado, lanudo, fuerte y versátil para el
cuido de casas, personas y rebaños.
Al establecerse en Santa Lucía de Mucuchíes, el mastín, se adaptó
rápidamente a la altura propia de los andes; su mestizaje dio origen a
lo que hoy conocemos como perros Mucuchíes, designados Raza Nacional
en 1964. El estado mayor del Libertador denominó a Tinjacá "El Edecán
de Nevado". El animal acompañó a Bolívar en muchas batallas, victorias
y derrotas, como también en entradas triunfales, como la realizada en
Bogotá luego de Boyacá. El fatal año 1814, Nevado y Tinjacá fueron
presentados en Valencia, al terrible jefe realista Boves, quien le
expresó a Tinjacá en la casa de la familia Malpica, de dueño conocido
como "El Suizo": "Haz cambiado de amo, pero no de oficio"; al poco
tiempo Tinjacá utilizando su fino silbido, pudo escapar con Nevado y
trasladarse a Timotes, para rencontrarse con el Libertador,
acompañándolo en su afán emancipador.
Desafortunadamente en el fragor de la Batalla de Carabobo, mueren
Nevado y Tinjacá, se dice que Bolívar al conocer la noticia, derramó
una lágrima de tristeza que bien merecía el noble animal y el fiel
cuidador. En la plaza Bolívar de Mucuchíes, un monumento recuerda a
Nevado y Tinjacá, igualmente en la vía hacia la capital, otro
monumento en una colina, representa la entrega de Nevado al Libertador
en presencia de Tinjacá, por parte de Don Vicente y su hijo.
EL CABALLO PALOMO. En noviembre de 1814, Bolívar se movilizaba por la
población de Santa Rosa de Viterbo, cerca de Tunja, capital del
Departamento de Boyacá, para reunirse con Camilo Torres, Presidente
del Congreso neogranadino; en Santa Rosa, pensaba cambiar la agotada
cabalgadura por una que le pareció la indicada, pero el señor
Hermegildo Báez que le servía de guía, le informó que esa yegua estaba
preñada y no podía dársela, su esposa Casilda Zafra conocida como "La
Agorera", decía haber soñado que el potro por nacer iba a ser montado
por una persona muy importante. En el desarrollo de la Campaña de la
Nueva Granada, Bolívar pasó de nuevo en julio de 1819 por Tunja, allí
se le presentó Hermenegildo, regalándole el caballo, cuya cola casi
llegaba al suelo; el Libertador lo denominó Palomo, por su color
parecido al de una blanca paloma; con esa cabalgadura venció en
Pantano de Vargas, Boyacá, Carabobo, Bomboná y entró triunfante a
Quito después de la Batalla de Pichincha. Antes de regresar a
Venezuela en 1826 el general Andrés de Santa Cruz le pidió el caballo,
desprendimiento que causó pesar al Libertador por la nobleza del
animal, quien muere al poco tiempo en la hacienda Mulaló, en Yumbo,
Valle del Cauca.
En la población de Mulaló, al Norte de Cali, se encuentra un museo
que expone las herraduras de Palomo, estribos y algunos objetos que
pertenecieron al Libertador. No se equivocó Casilda sobre el futuro de
Palomo, pintado intercontinentalmente por los grandes artistas y
representado en las principales plazas.


(*) Gral. de Bgda.


churuguarero77@gmail.com
@eumenesfuguet

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