domingo, 4 de noviembre de 2012

Historia y Tradición

  
Historia y Tradición

LA MARSELLESA EN VENEZUELA “¡MARCHEMOS,
HIJOS DE LA PATRIA!

Eumenes Fuguet Borregales (*)
 
Majestuoso himno de Francia, que le dado la vuelta al mundo por su contenido, música sublime y fortaleza rítmica que ha permanecido casi inalterable por más de doscientos años.
En 1789, Francia atravesaba por una delicada crisis político-social económica; el Rey Luís XVI (pésimo administrador), quien no tenía capacidad para resolver los problemas que aquejaban al país galo, convocó a los Estados Generales (que no se reunían desde 1714), conformado por el clero, la nobleza y el Tercer orden (legisladores), para estudiar y buscar las soluciones pertinentes a la grave situación. Los legisladores son reemplazados por la Asamblea Nacional, que a su vez son eliminados por el Rey. Todos los antecedentes planteados e iniciados el 5 de mayo de 1789, culminaron con acciones de calle y la famosa Toma de la Bastilla, fortaleza ubicada en París, construida en tiempos de Carlos V en 1382), símbolo del reinado y del absolutismo, el 14 de julio de 1789, día de fiesta nacional de Francia, el clero y la nobleza renuncian a sus privilegios. El 6 de octubre de 1789, Luís XVI y María Antonieta, fueron obligados por el pueblo a aparecer en el balcón del Palacio de Versalles. Se crea en 1791 la Asamblea Constituyente, la cual proclama solemnemente “Los Derechos del Hombre y del Ciudadano”.
El 4 de agosto se promulga una nueva Constitución en la cual establecía la subordinación de la monarquía al poder civil de los delegados electos por el pueblo. En junio de 1792, el Rey decreta “La Patria en peligro”, pero era tarde, pues el pueblo enardecido se subleva el 10 de agosto con la Toma de las Tullerías que es el  Palacio Real en París.
Luís XVI es destronado y sin previo juicio, ni posibilidad de defensa, acusado de traición, despotismo y opresión por el político Maximiliano Robespierre denominado “El incorruptible”, es ejecutado en París en la guillotina el 21 de enero de 1793; Robespierre moriría en igual forma el 27 de julio de 1794. El 22 de septiembre se proclama la nueva República y el 16 de octubre es guillotinada la Reina María Victoria La situación de Francia era seguida con mucha preocupación por parte de los gobernantes europeos; Austria y Prusia forman una alianza militar para atacar a Francia; ante esta amenaza en ciernes, el alcalde de Estrasburgo (capital de Alsacia en Francia), solicita al joven CAPITÁN CLAUDE JOSEFH ROUGET DE LISLE (1760-1836), componer una marcha militar de arenga a la libertad y contra la tiranía monárquica.
El fruto de su inspiración (letra y música), se dio el 24 de abril de 1792 en Marsella, ubicada en el Mar Mediterráneo al Sur de Francia, conocida como “El Canto de Guerra del Ejército del Rin”.
El 30 de junio de 1792, soldados voluntarios procedentes del puerto de Marsella entraron a París, cantando esta marcha de la libertad con tanto entusiasmo e inspiración, que el pueblo al oírla y cantarla con euforia la denominó “La Marsellesa”, desde 1795 este canto épico se convirtió en el Himno Nacional de Francia.
En Venezuela y particularmente en el puerto de La Guaira, en tiempos del movimiento emancipador de los protomártires José María España y Manuel Gual, las autoridades realistas, prohibían mencionar la palabra libertad. El 13 de septiembre de 1797, en La Guaira, tres mulatos curazoleños: Domingo, Marcos y José, de la servidumbre de don Francisco Diego Hernández, cantaban inocentemente La Marsellesa, magnificando las palabras libertad e igualdad, igualmente daban vivas a la república. Don Domingo se encontraba en Caracas y al regresar a La Guaira se consigue con la sorpresa del apresamiento por parte de las autoridades españolas (Real Audiencia) de sus esclavos, de la imposición de una multa de mil pesos, la orden de regresar inmediatamente a Curazao y el compromiso de que no trajera estos mulatos a Venezuela
Las autoridades españolas colocaron carteles que prohibían entonar coplas y canciones por ser “contrarias a las buenas costumbres y al debido respeto al sacerdocio, a los padres de familia, a los amos, a los magistrados y a su majestad el Rey”.
La Revolución Francesa, es un hecho universal de sólidas proyecciones políticas, sociales, culturales y económicas. Su realidad marcó un hito en la historia del mundo. Francia dejó para la humanidad sus postulados de libertad, igualdad y fraternidad que inspiraron a los prohombres de la emancipación hispanoamericana, la reivindicación de los más simples derechos humanos: la libertad y la democracia, cuyo exponente es “La Marsellesa”.
A los pocos años, Venezuela siguiendo ese noble ejemplo que Caracas dio, lanzó a los cuatro vientos “El Gloria al Bravo Pueblo” de la autoría del caraqueño  Vicente Salias.

(*) Gra. De Bgda.                                                                                               churuguarero77@gmail.com

@eumenesfuguet

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