EL PRIMER
BOLÍVAR NACIDO EN AMÉRICA
Eumenes Fuguet
Borregales (*)
En la ascendencia
de nuestro Libertador encontramos común el nombre de Simón, así se llamó su quinto abuelo paterno, el primer
Bolívar que llegó al continente americano había nacido en la puebla de Bolíbar, Villa de Marquina, en Vizcaya
en 1532, es conocido por la historia como Simón “El Viejo”. Llegó a la isla de Santo Domingo en 1559, donde casó con
la dominicana Ana Hernández de Castro, de esa unión nació en 1569 Simón Bolívar
de Castro en 1559, conocido como “El Mozo”
o “el joven” cuarto abuelo y primer
Bolívar nacido en América.
Simón “El Viejo” se caracterizó como buen
administrador y excelente calígrafo, durante treinta años se desempeñó como escribano público del
cabildo y secretario de la Real Audiencia de Indias. Llegó a Venezuela en 1588
contratado como secretario y luego Procurador de la Provincia; logró por
primera vez que Venezuela exportara mercancías a España en forma legal;
igualmente, cambió la segunda “B” del apellido por la “V”, tal como actualmente
se escribe. También obtuvo permiso de
España para que se instalara en 1589 por primera vez el Seminario Tridentino de
Santa Rosa, núcleo de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, fundada por
el rey Felipe V el 22 de diciembre de 1721. Desde el 24 de junio de 1827 por disposición del Libertador, se
denominó Universidad Central de Venezuela, teniendo como primer Rector al sabio
Dr. José María Vargas. Simón “El Viejo”
logró que Caracas fuera la capital de la Provincia de Venezuela. Al quedar
viudo casó de nuevo en septiembre de 1600 con María Luyando, con quien no tuvo
descendencia.
Simón “El Mozo” contrajo nupcias en 1592 con
Beatriz, la hija mayor de Ana Rojas y del conquistador Alonso Díaz Moreno,
natural de Olalla-España, fundador de La Nueva Valencia del Rey; con Beatriz
nacieron Luisa en 1592 y Antonio en 1596, tatarabuelos
paternos, Primeros del apellido
Bolívar que nacieron en Venezuela.
Simón “El Mozo”, defensor de los indígenas, consolidó económicamente la hacienda-ingenio
San Mateo, una de las principales de Venezuela. Al fallecer Beatriz, Simón ingresó
en la vida eclesiástica, ejerciendo estas funciones fue nombrado comisionado
del Santo Oficio en Valencia y Visitador General de Obispado, con la
responsabilidad de fijar las construcciones de los templos en los Valles de
Aragua.
Antonio como
capitán de Milicias cumplió importantes funciones, tales como alcalde de
Caracas; casó en 1622 con Leonor de Rebolledo de cuya unión nació en 1627 Luís,
bisabuelo paterno; dedicado a las
milicias, ocupó en Caracas importantes cargos administrativos.
Luís casó con María
Martínez de Villegas y Ladrón de Guevara, de cuya unión nació en San Mateo en
1665 Juan, abuelo paterno, quien
fundó en 1717 La Villa de San Luís de Cura, hoy Villa de Cura; Juan se había
casado en segundas nupcias en 1711 con María Petronila Ponte de Marín y
Narváez, hija de María Josefa Marín de Narváez, madre natural reconocida, quien
heredó de su padre, el capitán español Francisco Marín de Narváez, las ricas
minas de Aroa y la Casa Natal en Caracas, ésta última propiedad, vendida en
junio de 1806 a Juan de la Madrid; las
minas de cobre, era uno de los pocos bienes que le quedaban a nuestro
Libertador en el momento de dictar su testamento el 10 de diciembre de 1830 en
Santa Marta. Los otros bienes los dispuso en la lucha emancipadora. Las minas
fueron vendidas por Antonia Bolívar en 1831 a unos ingleses. Juan y Petronila
procrearon en 1727 en la población de La Victoria a Juan Vicente, quien casó en
1773 con María de la Concepción Palacios Blanco, padres del más grande hombre nacido en Caracas, Venezuela y en América el 24 de julio de 1783.
Al momento de ser
bautizado el 30 de julio en la Catedral
de Caracas, Juan Vicente quería ponerle el nombre de Pedro, pero el sacerdote
Juan Félix Jerez y Aristiguieta, primo, quien le deja importante herencia o
vínculo, le propone que sea Simón, evocando a los primeros familiares que
llegan y nacen en América; fue su
padrino Don Feliciano Palacios y Sojo, a quien se le advirtió el parentesco
espiritual y obligación con el bautizado. Nuestro Libertador se auto denominado
el “Hombre de las dificultades”, es el padre de un manojo de seis naciones libres que
ocupan casi cinco millones de kilómetros cuadrados.
(*) Gral. de Bgda. churuguarero77@gmail.com
@eumenesfuguet
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