Según consta en la Wikipedia, el miedo es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, pero también es un arma de dominación política y de control social. El uso del miedo como forma de control de la población, al crear de falsos escenarios de inseguridad ciudadana, se ha trasladado, entre otras facetas de la vida actual, también a la Red. Para la investigadora Joanna Bourke, uno de los principales transmisores del miedo actualmente son los medios de comunicación de masas, aunque para que el pánico estalle, precisan de la credulidad de la sociedad. La sociedad colabora con el miedo al magnificar la información alarmista que los medios de comunicación proporcionan. Como ejemplo valga recordar el mítico programa de radio de Orson Welles, 'La guerra de los mundos' allá por 1938, una ficción radiada sobre un ataque alienígena a la tierra, que desató la alarma entre los estadounidenses. Pero el miedo es algo inherente a la vida y a la propia historia. Existe reflejado en las más variadas facetas humanas, como son el arte, la filosofía o el pensamiento, la historia, las leyes, la literatura, etc.; pero en tiempos de incertidumbre su presencia cobra especial relevancia. Máxime si existe un chivo expiatorio al que cargar con muchas de las culpas que el presente depara. Además de la globalización, el SXXI cuenta con un demonio excelente al que culpar de muchos males: Internet. Un lugar perfecto para amedrentar a cualquiera… a cualquiera que no sepa nada de la Red, claro, pues desgraciadamente, la ignorancia es un buen caldo de cultivo para el miedo. ¿Por qué se tiene tanto miedo a la Red? Probablemente por la misma razón por la que se teme todo aquello que se desconoce o que no se controla. Como reflejan algunos autores, "con la modernidad surgió la idea de que si se lograba poner el comportamiento humano bajo control racional, se podría eliminar el desastre; e igualmente se pensaba que gracias a la ciencia se podrían controlar los desastres naturales. Pero más bien ha sucedido al revés: los desastres humanos se han acabado pareciendo a los naturales". El miedo a la Red también tiene que ver con el miedo a la tecnología, ya que gran parte de las transformaciones de las últimas décadas han configurado un escenario propicio para la proliferación de este temor. Las nuevas tecnologías juegan un papel clave al introducir formas de producción y convivencia hasta hace poco desconocidas: "El hecho de estar permanentemente bombardeados por tecnologías que en poco tiempo quedan obsoletas, o que incorporan elementos demasiado novedosos para el público medio (la ciudadanía), tiene se manifiesta en toda clase de aprensiones y desconfianzas". Así, hay mucha gente que no entra o no navega tranquilamente por Internet por miedo, son muchos aún, pero quizá sea normal. En primer lugar, porque para muchos es aún un territorio desconocido. Y si tenemos en cuenta las dosis actuales de Tecno-pesimismo, basta con leer los titulares de prensa asociados a Internet para que al menos te entren dudas. Y aunque cada vez el porcentaje de internautas es mayor, aún quedan muchos que piensan que la Red es mala para los niños, que tiene virus, que no se atreven a hacer compras por si les timan, que acabará con diversas industrias, etc. Aunque, si nos paramos a analizar, la mayoría de estos hipotéticos peligros o bien se dan igualmente en el Mundo Real, o bien se pueden combatir gracias a una adecuada alfabetización digital. Pero Internet en muchos casos amplía las opciones de elegir, luego: ¿No será que la gente prefiere estar controlada porque tiene miedo a la libertad? Hace unos días leía un artículo de Tania Costa con ese título que no tiene desperdicio. Dice así "Las cámaras de vídeo nos vigilan en los cajeros; el vecino nos mira por la ventana con una naturalidad que corta el apetito; Hacienda controla lo que ganamos; Aguas de Murcia nos avisa si gastamos más de lo habitual; las agencias de crédito fácil nos envían cartas como si nos conocieran de toda la vida; el día de nuestro cumpleaños nos felicitan las ópticas; y además, por ley, las compañías de telefonía se quedarán con nuestros datos cada vez que compremos una tarjeta para el móvil…". Más control, imposible. Pero aún así la gente tiene miedo. Para los que deseen abundar en la cuestión, nada mejor que la "Biografía del Miedo" del psiquiatra y profesor Enrique González Duro. Igualmente el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, en su ensayo "Miedo líquido", parece acercarse a los síntomas de los nuevos miedos, cuando explica que "en los albores del siglo XXI volvemos a vivir una época de miedo. Tanto si nos referimos al miedo a las catástrofes naturales y medioambientales, o al miedo a los atentados terroristas indiscriminados, en la actualidad experimentamos una ansiedad constante por los peligros que pueden azotarnos sin previo aviso y en cualquier momento". Parece que no todos estamos preparados para asimilar esa dosis de verdad que implica estar más informados. Como diría Prince, es el signo de los tiempos. Patologías Urbanas Ecografía de una sociedad desestructurada
Fuente Bibliográfica: WIKIPEDIA
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