miércoles, 26 de marzo de 2014

Éxodos médicos

              

EL UNIVERSAL

Éxodos médicos

Lo preocupante es que estos médicos, no son atraídos por mejoras pecuniarias

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AMADEO LEYBA FERRER |  EL UNIVERSAL
miércoles 26 de marzo de 2014  12:00 AM
Durante la época del dictador Juan Vicente Gómez la expectativa de vida del venezolano en promedio era de 36 años y de cada mil recién nacidos 150 fallecían antes de cumplir los 5 años. El país era fundamentalmente rural donde el cuidado de la salud humana estaba a cargo del ministerio de Agricultura y Cría. Su sucesor, el general Eleazar López Contreras es quien creó el ministerio de Sanidad y Asistencia Social y el Dr. Enrique Tejera París fue el ministro que le correspondió su organización. La escogencia del equipo que lo tendría que acompañar fue extraordinaria: "a ese joven pediatra llamado Pastor Oropeza, que no conozco personalmente, y quien es capaz en Carora de escribir un extraordinario libro sobre la infancia a 37°C bajo la sombra, lo nombraremos en la Dirección que se ocupará de la madre y el niño; al doctor Arnaldo Gabaldón le encomendaré el frente de la lucha contra el paludismo que tanta desolación está llevando a nuestros campos; el tisiólogo José Ignacio Baldó tendrá que enfrentar a la tuberculosis, la cual junto con el paludismo constituyen nuestra primera causa de muerte; y a Martín Vegas le corresponderá bajar de su sitial a la más bíblica de las enfermedades, la lepra". La labor dio su fruto a mediano y largo plazo y como tributo a estos grandes médicos muchos de nuestros centros de salud y hospitales tienen sus nombres.

Erradicar enfermedades

Bajo el mandato de Marcos Pérez Jiménez pudo sobrepasar el ciudadano común los 55 años de sobreexistencia. El mayor aporte de esa década estuvo en las mejoras de calidad de vida del venezolano. En la era de la llamada "Cuarta República" logramos superar la barrera de los 70 años en nuestra posibilidad de longevidad, donde los aportes de salud más significativos estuvieron en la erradicación casi definitiva de enfermedades endémicas, como por ejemplo el Paludismo, el Chagas y la Bilharzia; llevar acueductos a las zonas rurales; la construcción de grandes hospitales y, sobre todo, lograr la formación de subespecialistas venezolanos en las mejores universidades y centros de salud del mundo.

En el Hospital de Niños J. M. de los Ríos decenas de jóvenes pediatras fueron becados por el programa Gran Mariscal de Ayacucho para formarse en áreas de subespecialidades infantiles. Recordamos cuando cuatro pediatras fueron enviados a Estados Unidos, Inglaterra, Francia y México para especializarse en Nefrología Infantil.

Excelente formación

El médico venezolano fue acogido y bien reconocido en los grandes centros internacionales por su excelente formación académica. La casi totalidad, a pesar de ofertas tentadoras, regresaban al país. Muy pocos para aprovechar el adelanto tecnológico se quedaron y se convierten en referencias mundiales en sus áreas. El amigo y compañero de estudio, Igor Palacios, está considerado uno de los mejores cardiólogos-hemodinamistas del mundo, y hoy es jefe de Servicio del Massachusetts Hospital (Harvard). El doctor Otto Gago fue referencia mundial en Cirugía Cardiovascular (Detroit). El doctor Pedro Grases es autoridad de Anatomía Patológica en la Comunidad Europea. El doctor Sergio Girald es actualmente jefe de Trasplante de Médula Ósea del Memorial de Nueva York y el Dr. Rubén Quintero es pionero de las operaciones de recién nacidos en vientre materno (EEUU).

Sin retorno

Actualmente, Venezuela presenta un éxodo nunca visto de médicos que viajan hacia el exterior, con el agravante que pareciera que ellos no tienen planes de retorno al país y preocupa en sobremanera que por un lado se van colegas recién formados en especialidades cada vez más desérticas (en el primer centro hospitalario público del país acaban de renunciar 16 anestesiólogos para irse a ejercer a Chile). Otros, de gran experiencia, como lo sucedido en el Hospital de Clínicas Caracas donde 53 profesionales de altísima preparación han migrado a distintas naciones, como Estados Unidos, Costa Rica, Panamá, Colombia, Chile, España, Portugal, Italia e Israel. Lo preocupante es que estos médicos, algunos con dos especialidades, no son atraídos por mejoras pecuniarias. El lamentable éxodo ha sido por buscar mayor seguridad física, tanto personal como familiar, y la de poder contar con mejores condiciones para ejercer la profesión para la cual se prepararon.

Problema mayor

Sería imperdonable que en un futuro cercano nuestros hospitales y clínicas estén atiborrados de pacientes y ausentes de médicos especialistas, y que tengamos que emular al presidente español Felipe González, quien en la década de los 80, para promover la natalidad de España -debido a la muy baja tasa de nacimientos- llegó a decir: "el problema mayor de España está en que los parques están quedando vacíos y las iglesias y funerarias demasiado llenas".

Presidente del Hospital de Clínicas Caracas

amadeo.leyba@hotmail.com

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