EL UNIVERSAL
Buena persona, gran periodista
Nelson Bocaranda: Nadie nunca pudo desmentirlo en relación a la enfermedad presidencial...
MARÍA ISABEL PÁRRAGA B.
| EL UNIVERSAL
lunes 15 de julio de 2013 12:00 AM
Sin que me quede nada por
dentro, cuando se escriba la historia de "estos años que vivimos en
peligro" tendrá que dedicarse un capítulo especial al trabajo de un
colega que se atrevió a informar sobre lo que nadie hablaba en estos
tiempos de censura y autocensura: nuestro querido Nelson Bocaranda. Eso
es lo que no le perdonan. Que diera los detalles de lo que hasta último
momento negaron. Nadie nunca pudo desmentirlo en relación a la
enfermedad presidencial porque, de hecho, "tubeó" hasta las fuentes
oficiales y oficiosas. Ahora lo citan a declarar en la Fiscalía con la
intención de "amedrentar" o fastidiarlo un poco y así demostrar quién
tiene el poder, pero también porque más de uno vio la forma de "sacarse
la espina" ante lo que intentaron ocultar hasta el cansancio con las
mentiras más estrambóticas que pudieron y que quedaban
semanalmente en evidencia en los Runrunes, que todos buscábamos como fuente oficiosa en este mismo diario.
Y es que el respeto se gana a "pulso" y hoy en día si algo es publicado en los Runrunes de El Universal o lo dice Nelson en la radio hasta los rojos rojitos lo dan por cierto.
La credibilidad es una de esas cosas que "se gana" y para un periodista es su principal activo. En esta profesión vemos pasar gobiernos, líderes, gente que va y viene, dueños momentáneos del mundo y luego villanos, somos testigos de la historia y retadores del poder. Las cosas pasan, las contamos y nosotros estaremos en la misma esquina con el norte de la búsqueda de la verdad. Y es que no hay peor distorsión que la del periodismo gobiernero, que dicho sea de paso, es aburridísimo.
Este es un pésimo momento para el periodismo libre en nuestro país. Se cierran canales de televisión y circuitos enteros de radio, los medios cambian de mano y ronda el fantasma de la censura y su hermana más fea, la autocensura, deambula por los rincones de las salas de redacción. Cualquier cosa que digas puede ser usada en tu contra y si te atreves a denunciar pasas a la lista negra. Sin embargo, en medio de ese panorama queda quienes "le ponen" y se exponen. Nelson pudiera encabezar la lista. Y ya no estamos hablando sólo de la enfermedad presidencial sino de sus denuncias sobre usos y abusos del poder, por eso también le pasan factura.
Buen periodista, sin duda, pero sobre todo buena persona con una hermosa familia. Hombre de bien.
Como bien decía el maestro de maestros en las lides reporteriles, el gran Ryszard Kapuscinski: "para ejercer el periodismo, ante todo hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos". Bocaranda es un fiel exponente de la sentencia anterior.
Y es que el respeto se gana a "pulso" y hoy en día si algo es publicado en los Runrunes de El Universal o lo dice Nelson en la radio hasta los rojos rojitos lo dan por cierto.
La credibilidad es una de esas cosas que "se gana" y para un periodista es su principal activo. En esta profesión vemos pasar gobiernos, líderes, gente que va y viene, dueños momentáneos del mundo y luego villanos, somos testigos de la historia y retadores del poder. Las cosas pasan, las contamos y nosotros estaremos en la misma esquina con el norte de la búsqueda de la verdad. Y es que no hay peor distorsión que la del periodismo gobiernero, que dicho sea de paso, es aburridísimo.
Este es un pésimo momento para el periodismo libre en nuestro país. Se cierran canales de televisión y circuitos enteros de radio, los medios cambian de mano y ronda el fantasma de la censura y su hermana más fea, la autocensura, deambula por los rincones de las salas de redacción. Cualquier cosa que digas puede ser usada en tu contra y si te atreves a denunciar pasas a la lista negra. Sin embargo, en medio de ese panorama queda quienes "le ponen" y se exponen. Nelson pudiera encabezar la lista. Y ya no estamos hablando sólo de la enfermedad presidencial sino de sus denuncias sobre usos y abusos del poder, por eso también le pasan factura.
Buen periodista, sin duda, pero sobre todo buena persona con una hermosa familia. Hombre de bien.
Como bien decía el maestro de maestros en las lides reporteriles, el gran Ryszard Kapuscinski: "para ejercer el periodismo, ante todo hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos". Bocaranda es un fiel exponente de la sentencia anterior.
mariaisabelparraga@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dentro del mejor de los climas y respeto