sábado, 13 de agosto de 2011

El Quererre...Ana Black



Ana BlackAdopta un malandro

El Presidente Hugo Rafael Chávez Frías tras trece años (13) en el Coroto ¿o con el Coroto?, no se sabe, pero con el sistema carcelario en manos de los presos y sin más a quién echarle mano para que medio resuelva y le deje tiempo para salir en la tele y visitar a Fidel, se dejó de vainas y designó, en nombre de la Revolución Bolivariana amarilla amarillita, a Iris Varela -una diputada en pleno je-jercio de sus funciones- Ministra Popop de Servicios Penitenciarios para ver si hace algo por componer lo que no han hecho quienes la preceden. Hasta aquí, clarito todo.

La primera medida de la mentada ministra en nombre de su ComandantePresidente ¡Patria o … camarada! fue, así, sin más, eliminar el ingreso de nuevos presos a las cárceles. La verdad, yo encuentro la medida muy consecuente, muy en lógica sintonía con los principios que la distinguen, a la Revolución amarillita digo. ¿Rojita? Bueno, no sé. La encuentro lógica porque así ha funcionado esta Revuelta Bolivariana desde que estrenó en pantalla en 1992.
Me explico: cuando hay problemas de abastecimiento de aceite, por ejemplo, nos recomiendan hornear; cuando no hay leche nos exhortan a ingerir menos productos lácteos porque, al fin y al cabo no son muy sanotes así que digamos y lo que busca la Revol es velar por la salud del pueblo soberano y tal y qué se yo. En cuanto explotó la crisis eléctrica, además de echarnos el muerto a los ciudadanos y en lugar de resolver, lo que hicieron fue clavarnos aumento de tarifa. Ahora que la situación en cárceles se puso pelúa (sin alusiones ministeriales de tipo alguno) no podíamos esperar más que la lúcida solución de la Ministra: ¿No hay espacio en las cárceles? Bueno, que no entre un caco más ¡Me cierran esa puerta!
Yo, hoy, me adelanto al Régimen y a su política de soluciones locas a las que nos tienen sometidas (dos) (nunca acostumbrados) (das) y me lanzo con esta campaña patriótica, revolucionaria y de muerte lenta para descongestionar, ya no sólo las cárceles venezolanas sino nuestras ciudades y pueblos: ¡Adopta tu malandro! Si cada familia venezolana adopta su malandro, anótenlo, los índices de delincuencia se van a cero pues todos estarán a buen resguardo. La mayor ventaja de esta solución es que, al tenerlo alojado en casa amarrado a la pata de una cama, alimentado y bien vestido eliminaremos la incertidumbre de cuándo y dónde te va a salir el ladrón.
(Corren por cuenta del Régimen Bolivariano Revolucionario Socialista ma non troppo Amarillo Amarillito los translados a tribunales) ¡Uh! ¡Ah!

9 de agosto de 2011



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