domingo, 28 de marzo de 2010

Luis Vicente León
// Ingredientes muchos, pero ¿cocineros?

Chávez no está sólo en los hogares pobres, ahora lo acompañan: la inflación, la falta de luz...

Participé como ponente en uno de los seminarios paralelos a la Asamblea del BID que se celebró en la ciudad de Cancún, por cierto, un lugar que era mi sueño cuando tenía 18 años y ahora será mi pesadilla cuando los morochos lleguen ahí. Fue interesante ver cómo las grandes casas de inversión incorporaron para su análisis de mercados emergentes a una vedette que dejaría pálidas a Amy Winehouse y Britney Spears a dúo: Venezuela. Mientras que a los locales se nos paran los pelos con lo que pasa en el país, los internacionales regresan a evaluar la adquisición de papeles de la deuda nacional. Cabe destacar que no tiene nada que ver con confianza en el país ni en su gobierno, tema en el que locales y foráneos coinciden en su calificativo de desastroso, pero en un mundo caracterizado por tasas de interés negativas, la oferta venezolana con tasas altísimas no pasa desapercibida, pese a su alto riesgo asociado.
La pregunta clave para ellos es si el país, independientemente de su situación interna, pagará o no sus compromisos internacionales. Una revisión simple de la historia los lleva a una conclusión interesante: pese al radicalismo del gobierno y su ineficiencia manifiesta, ha sido impecable en términos de pago, mientras algunos países que ofrecen menos por su deuda, como Argentina, dejan de pagar con más frecuencia que la que se pone labial su presidenta. Las amenazas de no pago, default venezolano, son empíricamente bajas para ellos y, como Asdrúbal Oliveros de Ecoanalítica, pueden tener razón debido a que: 1) el pago de deuda representa menos del 15% de las exportaciones; 2) ha sido contraída fundamentalmente por este gobierno por lo que no tiene argumento moral; 3) los contratos no contemplan default selectivo como en Ecuador y Argentina, lo cual le obligaría a un desastre financiero si no paga y 4) los activos de la república y Pdvsa en el exterior estarían sujetos a embargo internacional.Tengan o no razón estos analistas, la mayoría está recomendando deuda venezolana y por eso nos invitan a revisar el entorno político, en el marco de las próximas elecciones de AN. En los tweets que escribí desde ahí se hacen una idea concentrada de nuestra conversación sobre el tema: Si se repitiera la votación del 15/02/2009 en la elección de AN, con 54% de los votos, Chávez metería 75% de los diputados debido a los cambios en las normas y los circuitos hechos a su medida. Pero cada punto que pierda, y viene perdiendo puntos, es explosivo en términos de crecimiento opositor, siempre que este sector se presente unificado. La esperanza de unificación no viene de sus líderes sino de la presión que ejerce su mercado político natural para que se pongan de acuerdo. La radicalización reciente de Chávez intenta congelar al adversario, de por sí desestructurado, para evitar que capitalice la frustración de la población. Pero Chávez parte de una situación negativa país que afecta su conexión popular. La batalla no es entre él y sus adversarios políticos, sino entre él y los problemas que genera la ineficiencia de su gobierno. Ya Chávez no está sólo en los hogares pobres, ahora lo acompañan: la inflación, la falta de luz y el deterioro de la vida cotidiana. Esta será una elección que se batallará circuito por circuito y depende mucho del entorno nacional, la eficiencia de las campañas, la capacidad de comunicación y el nivel de unidad que se logre en la oferta y calidad de candidatos. Sin embargo, la fuerza de los liderazgos centrales jugará un papel fundamental. En este momento hay muchos ingredientes nuevos en la mesa política venezolana, lo que no hay es otros cocineros y si estos no aparecen, relativamente rápido, lo más probable es que sigamos comiendo la misma... cosa... hasta que aparezcan.

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