miércoles, 24 de febrero de 2010

Elides J. Rojas L. //
Seremos una potencia mundial





Si pudimos construir el Gasoducto del Sur, también instalaremos una planta nuclear Ya micomendantepresidente lo ha dicho antes: Venezuela será una potencia mundial. Para eso contamos con el liderazgo personal del jefe de la revolución mundial, lo cual es un privilegio que garantiza el cumplimiento de todos los objetivos. Muchos acusan al líder intergaláctico de ser un gran hablador de pistoladas, una especie de Cassius Clay de la política del nuevo milenio, un contador de cuentos anclado en el siglo XVIII. Pero, lamentamos contradecirlos. No es eso. Al menos no es solamente eso. Lo que dice, lo hace. Aunque a veces se le va la mano en materia de perfección y claridad gerencial. Por ejemplo, de la Caracas capitalista que encontraron los militares hace 11 años a la Caracas socialista hay un diferencia que sólo es posible medir en basura, huecos, malos olores, malandrinaje y deterioro. La revolución chavista, primero con el policía en retiro, Freddy Bernal, en plan de estadista parroquial, y, más recientemente, un Jorge Rodríguez empeñado en superar al policía en eso de ser más revolucionario que servidor público, ha convertido a la ciudad en la más horripilante capital del mundo. Si acaso La Habana le compite. Aquí sí es verdad que se nota la habladera de paja del jefe del chavismo y del resto de segundones. Que si Fidel Castro, que si Obama, que si el capitalismo, que la plusvalía, que Marx. Nada de nada. Compare a Caracas con Bogotá, Brasilia, Buenos Aires, Lima, La Asunción. Hasta ahí llega el chorro de estupideces socialistas.

Pero no se trata solamente de gestiones locales. El Sistema Eléctrico Nacional, liquidado por la irresponsabilidad de alta competencia de esta tropa de soldados metidos a gerentes públicos, nos tiene rodilla en tierra esperando que Brasil o la capitalista Colombia nos vendan un poquito de energía para lavarle la cara a tanta incapacidad socialista. Igual pasa con Pdvsa, endeudada y casi quebrada, rogándole a las mismas empresas que el mandamás sacó a patadas hace algunos años que vuelvan a trabajar con el militarismo incapaz. La política agraria de Chávez, tiene al campo empobrecido e invadido por tropas de militancia roja, pide a gritos la ayudita de un Israel, un Paraguay o un Uruguay. Y ni hablar del alcance de gestión de los piratas rojos en materia de promoción de inversiones, gestión privada, generación de empleo y desarrollo competitivo. Aquí sí es verdad que la charlatanería de desborda. El chavismo, o más bien el que manda, se ha convertido es una suerte de cazador de empleos: empleo que ve, empleo que recibe un plomazo certero. Pero hay que mantener la calma. Pronto seremos una potencia nuclear, dijo el líder intergaláctico. Pero primero hay que desarrollar las areperas socialistas. Ya habrá tiempo para eso.





erojas@eluniversal.com

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