Copyright© Raúl A. Poveda S.
Existimos, somos, estamos, esos escritores, poetas, ensayistas, que por las diferentes etiologías, nos dificultan el poder entrar a ese mundo fascinante de la divulgación y edición de las creaciones y experiencias aunadas a sueños de compartir con el colectivo la motivación y la inspiración de todos los trazos de escrituras que en la gaveta guardamos. Quizás la impotencia de no tener una faz literaria que interese o que permita mostrar el bosquejo tibio de nuestro trabajo, cuando vemos de repente como aparecen después de lograr que nos reciban o atiendan, luego de la negativa donde se nos dice los originales no serán devueltos podemos y después vemos algunas de las frases creadas y a veces parte importante del texto, con endosos diferentes a los de la autoría original, lo que constituye una flagrante apropiación, pero lo inédito tiene sus seguidores,-otro tipo de piratería-, es una experiencia que se observa a menudo, y es cuando se cae en la impotencia y asfixia de los derechos de autor (¿?), ahora mismo en este escrito. -No es que respiro dolor ni por la herida-, pues poco importa después de consumados los aplaudidos fraudes por el renombrado que estafa o compra tras bastidores y para el que hay preferencias a la hora de registrar, ya que cómo no conocido se te hace difícil ingresar a la lista de inscritos en las Asociaciones creadas para estos efectos. (Ingresas solo cuando tienes algo, grabado, publicado o editado) ¿Cómo es eso, pues?).
No se reclaman regalías, solo se quisiera merecer los créditos que ofrece lo que precede al título de algo (De:), Pese a las críticas que puedan surgir, nosotros no podemos establecer filtros iniciales para el registro de las creaciones. Los países que han intentado imponer este modus-operandi, terminan obstruyendo el desarrollo cultural y la voluntad de los escritores y creadores sumiéndolos en la más inmisericorde indefensión. Muchos de los desposeídos de editorial, -Este podía ser una nueva clase de pobreza o marginalidad-, ven en la ayuda externa como por ejemplo El Centro de Arbitraje y Mediación Internacional y que por sus apasionadas defensas para con la autoría artística o intelectual refiere te pone en el desinfle de las tensiones emocionales que produce el ser objeto de fraudes autorales. Tenemos otras alternativas para que elevemos nuestras quejas y reclamos que puedan fusionarse en el derecho, las instancias propias de todo ciudadano los Tribunales de la República, aún con la existencia de la Ley de Propiedad Intelectual, no se sabe de jurisprudencia sentada sobre esta materia, o quizás no hemos acudido a intentarlo, quizás por esa misma impotencia que mencione. Y debíamos buscar a objeto de que aglutinemos decisiones tomadas en nuestra opción válida de ayuda y ver sentada una ansiada jurisprudencia que se torne en asidero esperanzador para los que con dedicación escribimos y plasmamos en nuestras creaciones, acciones y rumbos con aplicación posible en la cotidianidad. Observando todo lo expuesto, el acudir a Notarías y Registros, nos dará la mejor base legal para enfrentar la infame presencia del delincuente contra la propiedad intelectual, llevándonos a no obviar el rigor que merecen las explicaciones cuando nos vemos en la imperiosa necesidad de acudir a la búsqueda cuando realizas la gestiones y afianzar nuestros reclamos ante las eventualidades advertidas. De manera que: serán pues estas instancias de Registros las que deberán adoptar las diferentes Asociaciones y Centros dedicados a la custodia de estos registros, el que sea condición sin ecuanon, presentar el material registrado en los entes señalados para optar por la membresía de estas Asociaciones, cosa esta además que facilitaría el llegar indiferentemente a la posibilidad de concursar o aspirar la publicación o edición de el material registrado y proponer, el que se abra una actualización del registro patrimonial de las mismas presentando los documentos registrados y dar fuerza y respaldo a la autoría intelectual. De ser posible eliminaríamos la necesidad de acudir a instancias internacionales y daríamos más relevancia a nuestros Tribunales. En estas letras quiero también sentar que en mi conciencia como compositor, escritor, cuentista, ensayista, no hay otra intención que no sea la dar el crédito y mérito a quien le pertenece…
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