jueves, 12 de junio de 2014

EL NIÑO JOSE FELIX RIBAS PALACIOS

                



Historia y Tradición
EL NIÑO JOSE FELIX RIBAS PALACIOS
Eumenes Fuguet Borregales (*)
 El valeroso prócer caraqueño José Félix Ribas, logró inmortalidad el 12 de febrero de 1814, en La Victoria, al defender exitosamente la ciudadela que organizara con imberbes estudiantes. En el enconado encuentro Ribas logró derrotar tras luego ocho horas de combate a las huestes del sanguinario José Tomás Boves comandadas por Francisco Tomas Morales y a pesar de recibir hasta nueve cargas de caballería, gracias a la oportuna llegada a las cuatro de la tarde del comandante Vicente Campo Elías, con refuerzos procedentes de La Cabrera. Bolívar al conocer al siguiente día, la fausta noticia en su cuartel general de Valencia, designó a Ribas como “Vencedor de los tiranos en La Victoria”.
En 1947, la Junta Revolucionaria de Gobierno recomendó a la Asamblea Nacional Constituyente, conmemorar la gloriosa efeméride, que evoca y realza la heroica participación de la juventud en la inmortal acción bélica de 1812. El 10 de febrero de 1947, fue aprobado un Decreto aún vigente, que conmemora el 12 de febrero como “Día de la Juventud Venezolana”
Algo inédito en los anales de la historia mundial, producto de la batalla, constituyó el hecho que el Libertador, nombrara capitán vivo y efectivo de infantería de línea, con goce de sueldo, al niño de tres años de edad José Félix Ribas Palacios, nacido en Caracas el 14 de febrero de 1811, hijo único de José Félix Ribas Herrera y María Josefa Palacios, hermana de Doña María de la Concepción Palacios Blanco, madre del Libertador. En 1823, contando veinte años, el joven ingresó al servicio militar con el mismo grado, siendo autorizado desde Bogotá el 7 de abril de 1823 por el vicepresidente, general  Francisco de Paula Santander y refrendado por el Secretario de Guerra y Marina, coronel Pedro Briceño Méndez.
 Es admitido oficialmente el 18 de mayo de 1823 por el general José Antonio Páez desde su cuartel general de Valencia; quedando encargado de cumplir la Orden el general Carlos Soublette, Intendente del Departamento de Venezuela. Contando cuarenta años de edad, el capitán Ribas desposó en Caracas a Carmen Villavicencio Anzola, el 22 de mayo de 1851. Retirado del servicio de las armas, dedicó su tiempo a labores agrícolas en el Valle de Caracas. A cuatro décadas del épico suceso de La Victoria y cumpliendo la disposición de El Libertador, en un acto de justicia histórica, el Congreso Nacional a través de la Comisión de Guerra del Senado, decretó el 25 de febrero de 1856 y por parte del Tesoro Público el pago de sueldo y un adicional de veinte mil pesos al capitán José Félix Ribas Palacios, en gratitud a los valiosos servicios prestados a la patria por su padre,  el “Benemérito” general en jefe José Félix Ribas, fallecido el 31 de enero de 1815. Artículo 1º) Como testimonio de gratitud a los grandes e importantes servicio prestados por el general en jefe José Félix Ribas a la noble causa de la independencia de Colombia, se concede a su hijo legítimo José Félix Ribas Palacios, la suma de veinte mil pesos que se le entregarán por porciones de cinco mil pesos en los cuatro años económicos próximos, a contar desde el entrante inclusive. Artículo 2º) Con la  asignación expresada en el artículo anterior, quedan canceladas las acreencias que reclama de Venezuela el capitán Ribas Palacios. Con el tiempo y ante la difícil situación económica, el 1º de julio de 1869 el capitán Ribas recordó al ministro de Hacienda, González Vega, honrar la deuda pendiente de veinte mil pesos decretados en 1856, de los cuales apenas había recibido cuatrocientos diez pesos. Su justo reclamo no prosperó, por lo cual, al fallecer en Caracas el 18 de junio de 1875, a los sesenta y cuatro años de edad, su viuda, Carmen Villavicencio Anzola continuó las gestiones de cobro ante el Congreso Nacional. Finalmente el 14 de julio de 1909, la Cámara del Senado aprobó por unanimidad, reforzado con un nutrido aplauso, que en la ley de presupuesto de ese año se asignaran ochenta mil pesos que por derecho corresponden a la viuda; documento que pasó a la Comisión Permanente del ministerio de Relaciones Interiores.
El 28 de diciembre de 1909, la viuda gestionó ante la Junta de Pensiones, la asignación de quinientos bolívares. Hubo de esperarse casi cien años, para hacer cumplir la disposición del Libertador, quien por cierto, en su proyecto de constitución para Bolivia, escribió en Lima el 25 de mayo de 1825: “La responsabilidad de los empleados públicos, se señala en la constitución” y sobre el tema, desde Coro escribió el 23 de diciembre de 1826, al Gral. Páez: Mi gloria se ha fundado sobre el deber y el bien.
(*) Gral.  De Bgda.                                                                            Churuguarero77@ gmail.com   
@eumenesfuguet

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