lunes, 12 de mayo de 2014

La venganza de Iris

                

EL UNIVERSAL


La venganza de Iris y más

MIGUEL BAHACHILLE M. |  EL UNIVERSAL
lunes 12 de mayo de 2014  12:00 AM
El mejor intento para tratar de comprender la realidad social en este voraz desgarro histórico, es abriendo nuestro campo visual y psíquico desde perspectivas desacostumbradas y, por tanto, "nuevas". Nos cuesta asimilar los dispositivos de deformación a que estamos expuestos y, peor, a los que el régimen pretende someternos. La violencia, en reemplazo de la civilidad, reluce como referencia de la cultura revolucionaria. En ese precepto entran las tenebrosas declaraciones de la Ministro de Asuntos Penitenciarios cuando atestiguó que la muerte de Eliezer Otaiza "sería vengada".

La sola mención, consciente o no, describe los escabrosos caminos de "orientación social" erigidos por atajos como el de la venganza y no de la justicia. La ministro convierte su "moral" y la de su grupo en la verdadera moral. ¿Qué sucede con el Estado de Derecho del que tanto ostenta? ¿Plantea recurrir a alguna liga de resguardo particular de ejercicio soberano de la ley? La venganza sobre todo amparada en "códigos propios" es aborrecida universalmente por rememorar la famosa "Omertá siciliana" (justicia propia basada en el desquite).

La irritada funcionaria ya había declarado que tenía acondicionada una celda particular para "hospedar" a Capriles. ¿Será que para ella el término venganza también implica represalias contra los que piensan diferente? Seguramente la reclusión sistemática y masiva de estudiantes que protestan dentro de parámetros constitucionales encaja en la interpretación del aterrador término.

Esa señal es impropia en una sociedad heterogénea como la nuestra (gracias a Dios) pues su admisión implicaría por ejemplo una brutal guerra entre los dolientes de 23.000 asesinados al año y el 95% de los homicidas impunes. De allí que el país implore por la aclaración del brutal crimen del Capitán Otaiza. Ello contribuiría a asimilar la justicia efectiva con convicción; no con extravagancias rebuscadas que generan más violencia.   

El régimen pretende instituir una revolución delirante como la medida de todas las cosas. Algunos, como Iris Varela, persisten en la farsa de fanatizar un credo ("el correcto") por estar de parte de la sociedad que "tiene la razón". En el fondo cada oficialista busca beneficios para su grupo y sus metas. Impresiona la experiencia de observar civiles con atuendo militar o similar cometiendo actos de los que se avergonzarían de realizar estando en el mundo civil.

Al no ponderar el lenguaje, los oficialistas delatan lo que en el fondo pretenden esconder: torpeza e incapacidad. Francis Bacon escribió en su Doctrina de los Idola que "los hombres se asocian entre sí por medio del habla, pero que es el vulgo quien elige las palabras para nombrar las cosas; que la elección inadecuada crea notables trances del espíritu pues pueden concluir en fanatismos hoscos". Bacon intenta subrayar las fuentes de error que afectan la formación de las ideas cuando las palabras vienen prejuiciadas. 

¡Por Dios! Bastan 15 años del uso inadecuado y cruel de ideas y léxicos que afrentan la disposición ciudadana. Venganza por justicia; orden por represión; Municipio por Comunas; pobreza por equidad; carestía por alto consumo; inflación por especulación; protestas por conspiración; son sustituciones que depravan principios de la democracia porque se fundamentan en prejuicios mal intencionados.

Es inútil seguir explayando ingentes recursos económicos y humanos por todo el mundo tratando de difundir imágenes sobre "la amplia permisividad cultural e informativa del país". Nada cambiará la dura realidad de la calle si el gobierno persiste en la farsa. Es hora de la verdad. El régimen está contra la pared. No obstante haber dilapidado un millón de millón de dólares, insiste en culpar a la derecha oligárquica, combinada con el imperio, por la profunda crisis del país. Se afronta la realidad con seriedad o este sistema se hunde en sus propias mentiras. No queda espacio para seguir jugando con la fe de un pueblo exasperado por la carestía, escasez e inseguridad.

miguelmer@gmail.com

@MiguelBM29

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