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¡Lo positivo de ser positivo!
AGUSTÍN ALBORNOZ S. | EL UNIVERSAL
viernes 20 de septiembre de 2013 12:00 AM
En estos días estaba en una reunión de amigos y familiares en casa de una querida amiga y en un momento dado en que estábamos sentados como en un círculo nuestra amiga tuvo una muy buena idea: "hagamos lo siguiente, digamos a cada una de las personas que está a nuestra derecha algo positivo sobre ella, una cualidad positiva pero verdadera". De inmediato alguien dijo: "pero y si no conozco bien a esa persona a mi lado", a lo cual se le respondió: "no te preocupes, dile lo primero que te venga a la mente y que la anime".
Si ya el ambiente de la reunión era agradable, queremos compartir con nuestros apreciados lectores cómo esa buena idea activó una atmósfera notablemente grata y amena entre los presentes, algo que se percibió de una manera si se quiere asombrosa. Incluso hasta las personas que decían no conocer a las que tenían a su lado dieron en el blanco en sus descripciones, según nos comentaron quienes sí las conocían bien. Definitivamente, cuando expresamos cosas positivas de los demás se pueden producir resultados beneficiosos que no alcanzamos ni a imaginarnos, tanto para otros como para nosotros mismos.
A continuación vamos a narrar dos relatos, el primero real y el otro ficticio, que ilustran por sí solos el tema del que estamos comentando:
El Dr. Davis H. Fink, autor del libro "Liberación de una tensión nerviosa", escribió un artículo para la revista Coronet, en el cual propuso un método innovador y sorprendente para sobreponerse a las tensiones mentales y emocionales.
Él era psiquiatra de la Asociación de Veteranos, y como tal, se conocía al dedillo el historial de unos 10.000 pacientes suyos. Miles de personas que padecían de trastornos mentales y emocionales, habían venido a ver al Dr. Fink en busca de una solución mágica e inmediata a sus problemas nerviosos. En un esfuerzo para encontrar una cura para este problema, se puso a estudiar dos grupos de personas: el primero estaba compuesto por miles de personas que sufrían trastornos psíquicos y emocionales, y el segundo grupo lo componían miles de personas libres de toda tensión nerviosa.
Poco a poco comenzó a emerger un hecho importante: los que sufrían de tensión nerviosa tenían una característica en común: todos eran críticos crónicos, constantemente buscando defectos en los demás y en todo lo que los rodeaba. Por otro lado, las personas que no padecían este tipo de trastornos eran las que menos criticaban a los demás. La conclusión parece indicar que el hábito de criticar en forma continua es síntoma o el comienzo de problemas emocionales.
Evidentemente, si en el estudio referido las personas que menos criticaban a los demás no llegaban a padecer los trastornos emocionales, podemos deducir naturalmente que las personas que no solo critican menos, sino que hablan lo positivo de los demás, deben producir un efecto muy provechoso en estos. El segundo relato es el siguiente:
El Sr. Rodríguez nos describe a un personaje ideal que tiene un pantalón con dos bolsillos. Uno tiene un agujero y el otro no y él se cuida mucho de mantener el segundo perfectamente cosido. Cualquier comentario insultante, hiriente o de naturaleza insidiosa, cualquier chisme, ofensa o algo por el estilo, él lo anota en un papel y lo guarda en el bolsillo con el agujero. Por otro lado, cualquier comentario amable, sincero o provechoso, lo anota en otro papel y lo guarda en el bolsillo bueno. Por la noche se dedica a vaciar el bolsillo bueno y a revisar todo lo que anotó durante el día y se alegra mucho por todas las cosas buenas que oyó ese día.
Luego, introduce la mano en el otro bolsillo y al no encontrar nada allí, se ríe y se contenta por no tener nada negativo que recordar. Pero, en cambio, muchos de nosotros hacemos todo lo contrario: nos guardamos las cosas negativas en el bolsillo bueno y nos pasamos el día pensando en ellas, y las cosas positivas las guardamos en el bolsillo roto, de modo que muy pronto las olvidamos.
De corazón quisiera invitar a nuestros amables lectores, en los ámbitos en que se desenvuelven, a realizar ejercicios como los descritos al comienzo y al final de este artículo, poco a poco y con constancia y verán que los resultados realmente valdrán la pena.
La gente siempre responde positivamente a la alegría y el entusiasmo. Og Mandino
agusal77@gmail.com
@agusal77
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