EL UNIVERSAL
¿El dólar da pena? Despenalízalo
La pregunta es sí el gobierno tiene la fuerza para tomar esta decisión o está preso de su grupo radical
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
domingo 9 de junio de 2013 12:00 AM
Como decíamos la semana pasada, es un avance que el Gobierno haya dado muestras de entender que es absurdo el congelamiento de precios en una economía inflacionaria, restringir la asignación de divisas en un país que vive de ellas o continuar con empresas expropiadas que han hecho caer dramáticamente la oferta. Pero si este reconocimiento no se convierte en acciones para solucionar el problema, el resultado final es el mismo: más inflación y desabastecimiento.
Si todo parece indicar que el Gobierno entiende el problema ¿por qué no termina de asignar divisas?
Muchos han dado por sentado que no tiene dólares. Respeto ese análisis, pero no lo comparto. Una revisión de los activos líquidos del país, dentro y fuera del país, indica que existen recursos suficientes para financiar la oxigenación cambiaria. Pero, además, resulta un error pensar que la limitante de las importaciones es la magnitud de las reservas operativas, cuando la realidad es que para un nivel normal de importaciones la clave es el flujo de caja de ingresos petroleros y ese está aún más claro. Si partimos de que las exportaciones petroleras actuales no son muy distintas a las de los últimos 4 años (reporte de la Organización Internacional de Energía) y que los precios del petróleo se han disparado desde entonces, no parece sustentable la tesis de que no hay flujo, incluso bajo la tesis más agresiva de regaladera oficial.
Mi hipótesis es que el Gobierno no encuentra la forma de que las entregas flexibles no terminen, como el caso de Sitme, financiando la venta de dólares en el mercado negro y no las importaciones requeridas para el abastecimiento.
Es obvio por qué no consiguen el mecanismo adecuado. Simplemente no existe, mientras no resuelvan la raíz del problema, que es el control basado en una tasa de cambio regalada, que hiperestimula la demanda y genera una brecha gigante entre el precio oficial y el negro. Cualquier mecanismo que intente flexibilizar colocando dólares por debajo del precio de mercado colapsa por ineficiencia y corrupción.
La confianza del mercado internacional en la seriedad de pagos del Gobierno es nula y ningún proveedor despacha sin garantías en dólares al 100%, por lo que buscar mecanismos de pago ex post (cuando llegue la mercancía) pasa porque los importadores tendrían que tener dólares propios para garantizar la operación, cosa que está restringida después que los dejaron guindados durante meses y sus garantías previas fueron liquidadas. La banca tampoco es una solución, pues no esta dispuesta, con razón, a asumir un riesgo de esas características, frente a un pagador demostradamente poco serio.
La única vía que tiene el Gobierno es permitir un mercado múltiple en el que mantenga su dólar subsidiado, pero despenalice el resto de las operaciones cambiarias para que el mercado regrese a una tasa que, por cierto, podría ser muy inferior al negro actual. ¿Es esto una devaluación implícita? Sí, pero la realidad es que reconocer el problema, liberar las operaciones y permitir que el mercado se autorregule es una vía estabilizadora, lo que más bien podría bajar las presiones y estabilizar el paralelo, que hoy sirve de marcador de los precios en toda la economía. La gran pregunta es si el Gobierno tiene la fuerza interna para tomar esta decisión impopular o está preso de sus grupos radicales ideológicos internos, que le obligan a ir por la vía más tortuosa para evitar el conflicto político, con lo cual alargará la crisis que estos mismos radicales crearon y que explica la reducción dramática del soporte popular del chavismo desde octubre 2012 hasta hoy. La verdad es que el dólar da pena y hay que despenalizarlo y el que lo despenalice...
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