En la Caracas y la O'Leary la basura permaneció
hasta pasado el mediodía
Andamios oficialistas quedaron en la O Leary (Enio Perdomo) A las 10 de la mañana, la plaza Caracas todavía mostraba la estela que dejaron los marchistas tras su paso por las calles del centro. En la enorme cuadrícula, que desde su reinauguración carece de papeleras, estaban regados los desechos de la intensa jornada. Las labores de limpieza llegaron a medias, hacia el mediodía. Se recogió la basura en la explanada pero las escaleras que conectan a la plaza con Capitolio exhibían restos de comida, botellas de agua y cerveza, además de varios indigentes durmiendo sobre cartones. En la plaza O'Leary, que ayer recibió al presidente Hugo Chávez y a sus partidarios, tres mendigos se ocupaban de su higiene personal en las dos fuentes, donde también lavaban sus ropas, en horas del mediodía. Aunque no había montañas de desperdicios, botellas plásticas de agua flotaban sobre el agua de las fuentes y el área de los jardines lucía tapizada de plásticos, tapitas y conchas de mandarina. En la plaza Bolívar en cambio, las cooperativas de limpieza madrugaron en el sitio, que desde temprano estaba limpio. La marcha que llegó hasta la entrada del barrio San Miguel, integrada por partidarios de la oposición, también dejó basura a su paso. Juan Salvador Plánchez, vecino de la calle Federación de Petare, cuando regresaba del trabajo a las 5 y 30 de la tarde del sábado vio los trabajos de limpieza que realizaban las cuadrillas de la Alcaldía para tratar de retornar la normalidad a la avenida Francisco de Miranda. "No es algo que debemos agradecer, así deben funcionar las cosas, y más después de un evento de ese tipo", comentó Plánchez. El alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, comenzó el nuevo año con una osada promesa. Anunció que de no resolver la problemática de la recolección de basura en Caracas durante el año 2010 entonces renunciará a su cargo. María José Oropeza, vecina de El Silencio, confirma que si bien la recolección de basura ha mejorado en la zona, pues los contenedores no se desbordan de desperdicios como antes, urge un trabajo de lavado de las calles pues las aguas putrefactas que derraman los camiones contaminan las aceras.
dmeneses@eluniversal.com
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