política cambiaria que dé confianza

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EL UNIVERSAL

ENTREVISTA CARLOS LARRAZÁBAL, PRESIDENTE DE CONINDUSTRIA

"Se requiere una política cambiaria que dé confianza"

"El modelo (económico) hay que revisarlo con cabeza fresca y sin paradigmas" "El costo más alto es el que está pagando el venezolano con la inflación y el desabastecimiento"

Larrazábal sostiene que se tiene que sacar la ideología de la economía y comenzar a tomar decisiones para mejorar la productividad ADOLFO ACOSTA

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lunes 17 de junio de 2013  

El modelo económico cruje. Los indicadores oficiales muestran una combinación peligrosa: escalada de la inflación, escasez y estancamiento del aparato productivo.

La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) celebrará mañana su congreso anual. Con el evento, titulado "Diálogo para un futuro productivo", el gremio quiere mirar más allá de la coyuntura, pero resulta imposible eludir la realidad.

Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria, asegura que la salida al complejo cuadro económico pasa por el encuentro entre el sector privado y el Gobierno. "Hay que apostarle al diálogo y no a la radicalización".

Afirma que las conversaciones recientes entre empresarios y el Ejecutivo nacional lucen, más bien, como un "diálogo de urgencias", pero espera que las conversaciones se mantengan como política por encima del enfrentamiento.

"Creo que hay factores dentro del Gobierno que están comenzando a entender que ese diálogo es importante y que es fundamental para lograr retomar una senda de desarrollo. Hay otros factores dentro del Gobierno que siguen en el cuadro de la confrontación por cualquier cosa".

Tras cuatro años en el cargo, Larrazábal será relevado en el cargo por Eduardo Garmendia y espera continuar su actividad gremial como segundo vicepresidente de Fedecámaras. Sin embargo, el directivo alerta que es tiempo para valorar el modelo económico.

"Es momento de que el Gobierno vea que no podemos seguir tratando de inventar fórmulas económicas que le han representado altos costos a la sociedad venezolana y que se han financiado única y exclusivamente por los altos precios del petróleo".

-¿Considera que existe una política económica o que hay varias visiones interviniendo en las decisiones?

-Uno percibe dos bloques que hay dentro del Gobierno. Un bloque de funcionarios que parecieran estar dispuestos a rectificar en medidas que se han tomado y otro bloque de funcionarios que argumentan que estamos como estamos porque el socialismo no se ha podido implantar lo suficientemente rápido.

-¿En Conindustria piensan que el modelo fracasó?

-El modelo hay que revisarlo y hay que revisarlo con cabeza fresca y sin paradigmas. Después de 14 años es el momento de revisar en qué se ha fallado, cuáles son los aciertos, cuáles son los errores y rectificar en función de eso.

Para que se pueda lograr el objetivo que el mismo presidente Nicolás Maduro ha dicho recientemente de "producir, producir y producir" hay que apoyar al sector privado, trabajar de forma conjunta con el sector privado y no en aceras confrontadas.

-El sector manufacturero es uno de los que muestra peor rendimiento. En el primer trimestre registró una caída de 3,6% según el Banco Central de Venezuela.

-No hay una política industrial y la política que hemos observado es la del cerco, que más bien ha sido destruir la capacidad de producción nacional. Eso se ha visto en la caída del Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero, lo hemos visto en el cierre de más de 5 mil empresas en los últimos 14 años.

Pasamos de tener un sector manufacturero hasta los años 70 que era muy integrado localmente desde los productos primarios hasta los productos terminados a un sector manufacturero que ahora es altamente dependiente de las importaciones. Teníamos un sector agroindustrial que era abastecido en buena parte por matera prima nacional y ahora tenemos un sector agroindustrial que es abastecido por materia prima importada. Ese ejemplo se puede llevar a la minería, la metalurgia, el plástico. El encadenamiento que teníamos años atrás se ha perdido porque las empresas han sido expropiadas, han cerrado o se han ido del país, eso hay que sentarse a discutirlo sin paradigmas ideológicos.

-Un tema urgente para elevar la producción es el de las divisas, ¿Cuál puede ser la solución en materia cambiaria?

-La situación cambiaria es insostenible, no podemos tener una tasa de cambio con una devaluación real de más de 46% y una no oficial que es muchísimo mayor. Una economía donde la brecha entre el mercado negro y el mercado oficial es de la magnitud que todos conocemos no es sostenible en el tiempo.

Hay que despenalizar el sistema cambiario, uno de los mayores errores en esta política cambiaria fue cuando se eliminó la posibilidad del mercado permuta y que los ciudadanos pudieran transar divisas libremente entre ellos.

-Fedeindustria planteó un "cambio dual", ¿Estarían de acuerdo en un esquema cambiario de ese tipo?

-El cambio dual puede ser una solución, mecanismos que le permitan a los exportadores transar sus divisas libremente en el mercado, hay diferentes opciones que se pueden discutir. Pero realmente se requiere una política cambiaria que dé confianza al mercado y la confianza no se crea única y exclusivamente con una medida cambiaria. Eso pasa por comenzar un programa planificado y progresivo de ir desmontando los controles que tienen estrangulada a la economía venezolana, eso tiene costos, pero el costo más alto es el que está pagando el venezolano con la inflación y el desabastecimiento.

-¿Realmente cree que eso sea posible?

-Por eso hay que sacar la ideología de la economía y empezar a tomar decisiones que vayan en pro de la generación de empleo, de la producción nacional, de la mejora de la competitividad de la empresa venezolana.

Mientras más tardemos en tomar las medidas ese costo va a ser más alto todavía. Estamos viendo una inflación alta y todavía no se han ajustado los precios controlados de los productos que estaban a 4,30, ahí se requiere un ajuste urgente. La única forma de corregir no es con más controles, es con menos controles que vayan alineados a políticas públicas que generen confianza.